Imaginemos que estamos a punto de ahogarnos y, pese a tener la posibilidad, en el último momento, de hacer una llamada de emergencia con un teléfono de última generación conectado a internet, en lugar de realizarla preferimos gritar y agitar las manos esperando a que alguien se acerque para salvarnos.
Algo parecido está ocurriendo con la gestión de proveedores de bienes y servicios. La crisis les supera, muchos no sobreviven o lo hacen a duras penas, pensando que quizá ese día sea el último. Aun así, siguen utilizando los métodos de siempre para intentar salir a flote. Lo cual conduce casi seguro al fracaso.
No estamos exagerando. Los eventos de los últimos tres años han causado problemas a las cadenas de suministro interconectadas. La pandemia, los fenómenos meteorológicos extremos y el conflicto en Ucrania han alterado las cadenas de suministro mundiales y obligado a desviar modos de transporte y cerrar la producción, provocando una subida de los precios de la energía y los costes de envío y aumentando la presión en las empresas, como demuestra el informe de DHL Understanding the ‘new normal’ supply chain risks in 2022 and beyond.
Hemos elaborado un ranking de los retos que aquejan a los suministros a partir de los datos de una encuesta a proveedores recogida en nuestro informe 2022 State of the Supply Side Report: el 73% de empresas han sufrido interrupciones; un 69%, la inflación; el 62%, la pérdida de talento, y la mitad, los riesgos geopolíticos.
Como consecuencia de lo anterior, las plataformas de compras son ahora más dinámicas que nunca y deben reaccionar rápidamente a las interrupciones de los suministros. Antes de nada, es necesario hacer un análisis de cuál es la situación de partida de la organización y hacia dónde queremos que se dirija.
Pero, ¿se está actuando en la dirección correcta? Es decir, ¿se está innovando en los procedimientos? Pues en general, no. Para nuestra decepción, hemos detectado que solo el 9% de los proveedores a escala mundial realizan sus operaciones con empresas de forma completamente automatizada. Esta es la principal conclusión de nuestro estudio, si bien los proveedores admiten el valor de la automatización, la mayoría no ha dado pasos para optimizar los procesos de alta fricción o contacto, lo que está ralentizando la cadena de suministro global.
Los datos manifiestan que los procesos siguen siendo en su mayor parte manuales. Entre los principales obstáculos para superar esta carencia están administrar varias plataformas a la vez (65%), así como los procesos y la comunicación con los compradores (39%).
Igualmente, que las interrupciones en la cadena de suministro están afectando seriamente a los proveedores. 7 de cada 10 dicen que la escasez está teniendo un impacto importante en su negocio. Entre otras amenazas se mencionan la inflación (69%), la escasez de mano de obra (62%), la capacidad de producción limitada (53%) y los riesgos geopolíticos (50 %).
Los desafíos operativos del back-end frenan en gran medida a los proveedores. Estos admiten que con la tecnología adecuada y más tiempo podrían avanzar en sus objetivos estratégicos: hacer crecer su negocio (74%), fortalecer las relaciones con los clientes (72%) y aumentar la rentabilidad y reducir los costes (59%).
La escasa automatización del suministro genera ineficiencias que podrían detener el progreso más amplio e inhibir el crecimiento y el rendimiento de los proveedores.
Paradójicamente, estos reconocen el valor de la automatización y la Inteligencia Artificial (IA). Contar con un centro centralizado con acceso a un gran universo de compradores (59%), tener datos comparativos respecto a sus competidores (57%) y flujos de trabajo automatizados (48%) se mencionan como los tres factores que más contribuirían a mejorar su negocio.
Este es el momento para que los proveedores adopten las nuevas tecnologías. Así aumentarán las expectativas de que los proveedores fomenten acciones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y otras iniciativas estratégicas. La racionalización de los procesos centrales aumentará la capacidad para abordar estos problemas emergentes y otras prioridades de negocio.
A la hora de adjudicar los contratos debe influir no solo el nivel de precios sino también la capacidad de respuesta, confianza y resistencia del proveedor, de cara a sobrevivir a los posibles riesgos dentro de la cadena de suministro y las interrupciones.
Con la tecnología y los conocimientos implantados, el siguiente paso es abordar los criterios ESG. Aunque se pueda pensar que su cumplimiento es incompatible con la rentabilidad, realmente es todo lo contrario. Las medidas relacionadas con la sostenibilidad aseguran la viabilidad tanto de la compañía como de los proveedores dado que se satisfacen las exigencias de los consumidores en la cadena de suministro.
Precisamente, relacionado con este último punto, debemos mejorar las relaciones con los proveedores. En tiempos de presión y crisis, esto conferirá a las empresas una mayor agilidad. Las nuevas tecnologías ayudan a los clientes a facilitar la cooperación, lo que lleva a una mayor estabilidad y transparencia en las relaciones con los proveedores.
Una cosa está clara: la inflación, la escasez de talento y las interrupciones seguirán afectando a las cadenas de suministro globales. La verdadera transformación requiere una experiencia totalmente digitalizada y sin problema a la hora de gestionar los proveedores. Cerrar la brecha por parte del proveedor será esencial para generar resiliencia, aumentar la velocidad y reducir los costes para quien compra y para quien vende.